No sé cuántas verdades recogidas a lo largo de estos 30 años cuántas verdades en las carnes que sean sólo mías sólo mías de mí para mí por mí cuántas verdades me han regalado y he decidido guardar cuántas son tuyas cuántas llevo a cuestas en la espalda cuántas son de lluvia.
No sé cuánta verdad guarda la lluvia cuánta mentira me llueve en la cabeza cuánto nos llueve.
Aún así, aún preguntas, no dejas de ser un punto de comienzo, un despertar, -de diecisiete páginas tantos poemas casi dos meses follar una vez al día como media- que no sé si podría resumir en tres palabras
consistencia difícilmente mejorable
porque la verdad no pesa ni se toca ni se huele o quizá sí.
Quizá huela un poco a miel y a cereales, al menos estos días, ahora anoche, huelan así mis verdades.
No me acostumbro a que mis muslos se rocen cuando andan cuando mis piernas que no siempre son mías andan y se rozan.
Yo quiero ser yo la de estos muslos y no me alcanzo y quiero ser yo la de estas piernas y dejar de traicionarme. Quiero que mi cuerpo deje de traicionarme.